Ser contemporáneos de este acontecimiento es una buena oportunidad para reflexionar acerca de nuestra historia, no solo interpretándola sino también replanteando algunas cuestiones que tienen que ver, precisamente, con discutir hoy cual es el sentido que le damos al concepto de independencia.
Mariano Moreno decía que “la libertad de los pueblos no consiste en palabras ni debe existir en los papeles solamente. Si deseamos que los pueblos sean libres, observemos religiosamente el sagrado dogma de la igualdad”.
Sin igualdad no hay libertad. Sin libertad no hay independencia. Sin independencia no hay patria
Nuestra historia nos recuerda que desde 1810, sólo una cuarta parte de estos 200 años estuvieron marcados por procesos nacionales y populares que tuvieran en cuenta los reales intereses de la patria y de su pueblo. Los 150 años restantes fuimos gobernados, al igual que hoy, por gobiernos liberales y conservadores, en beneficio de pequeñas minorías vinculadas al capital extranjero.
Sin ir más lejos, venimos de un reciente proceso político en el cual se planteó, luego de décadas de pérdida de soberanía, de entregas y saqueos de lo propio, la posibilidad de trazar nuevos horizontes colectivos para la independencia económica, la soberanía política y la justicia social.
Fuimos protagonistas de esa etapa en la que la voluntad política se propuso reconstruir la legitimidad estatal, el tejido social y la acción política, desarticulados estructuralmente por la dictadura militar y por la hegemonía neoliberal consolidada en los ´90.
Sin embargo, hoy – coincidentemente con el bicentenario de nuestra independencia-, asistimos a un cambio de rumbo decididamente regresivo que comenzó con el pago de miles de millones de dólares a los buitres y que continuó con una gran transferencia de recursos a favor de los grupos concentrados de la economía que una vez más se ven beneficiados con la quita de impuestos, la destrucción y precarización de puestos de trabajo y un tremendo ajuste cuyo mayor costo recae sobre los trabajadores.
Es por ello que a dos siglos de ese acto fundamte, a la luz de las luchas pasadas y presentes, el sentido de la independencia adquiere para nosotros una significación especial. Nuestro desafío es que podamos ser conscientes de ello para luchar y trabajar por un país más igualitario, autónomo y soberano.
FRENTE NUEVO ENCUENTRO SALADILLO
