Tensión en el Servicio Penitenciario: malestar por la extensión de jornadas laborales y congelamiento de salarios

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A más de seis meses de la intervención del gobierno de María Eugenia Vidal en el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), crece el malestar entre el personal que brinda servicios en las unidades penales de la Provincia por el aumento de la jornada laboral y el congelamiento de salarios.

Con el manejo civil del servicio, a cargo del subsecretario de Política Penitenciaria del Ministerio de Justicia, Juan Baric, y del coordinador de la Auditoría de Control y Gestión, Fernando Rozas, la carga horaria del personal General –que involucra a oficiales y sub oficiales- y Administrativo pasó de 30 a 40 horas semanales, sin ningún tipo de explicación ni aumento salarial.

Peor suerte tuvo el personal Profesional (psicólogos, abogados, arquitectos, etc.) que vio aumentada su jornada laboral que, durante más de 30 años fue de 5 horas, a 8 horas diarias. La medida fue generalizada para todas las unidades penales del territorio bonaerense y generó un amplio repudio.

«La extensión del trabajo a 8 horas diarias obliga al personal que tiene otro trabajo a expresar su disconformidad porque no dan los tiempos», afirmó la delegada de la zona centro de la Comisión de Trabajadores de Fuerzas de Seguridad civiles, Celia Osinaga.

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Y explicó que en muchos casos a la jornada de trabajo se le debe agregar los tiempos de traslado desde y hasta la unidad penitenciaria que «a veces es una hora más. Eso sumado a que los sueldos están bajísimos, porque hemos tenido sólo un 18% de aumento en 4 cuotas».

Fuentes internas del SPB informaron a Diagonales que la extensión horaria no se puede catalogar como «recargos por ocasiones de servicio» ya que no se trata de alguna situación excepcional o puntual, si no diaria, y que la medida significa de hecho una drástica reducción del salario.

Además expresaron que consideran necesario que haya un control de la asistencia, pero plantearon que ante la creciente tensión con el personal, muchos directivos «hacen firmar las planillas de asistencia diciendo que trabajamos 8 horas, por más que reconozcan que no corresponde, porque le tiene que dar cumplimiento para arriba».

Fuente: Diagonales