El contagio de esta enfermedad se produce por:
Contacto directo: orina, líquidos y tejidos de un animal infectado.
Contacto con: agua, alimentos o ambientes contaminados con dicha orina.
Dado que la bacteria sobrevive en lugares húmedos y protegidos de la luz, el riesgo aumenta si se producen inundaciones, o al desarrollar actividades recreativas en ríos, lagunas, arroyos, etc. (como nadar, pescar, acampar o practicar deportes náuticos).
Prevención:
Evitar la inmersión en aguas estancadas que puedan estar contaminadas.
Evitar que los niños jueguen en charcos o barro.
Asegurar una correcta limpieza y cocción de «los alimentos».
Combatir a los «roedores»
Evitar el ingreso a los domicilios de roedores, a través de las aberturas y ranuras. Colocar elementos que impidan el ingreso, como por ej. mosquiteros, etc.
Realizar limpieza de patios y terrenos baldíos, manteniéndolos libres de basuras y escombros, o cualquier elemento que pueda ser refugio de roedores.
Utilizar guantes y botas de goma para realizar tareas como: desratización, desmalezado, limpieza de baldíos, etc.
En Zonas Rurales: ante la aparición de abortos en animales de producción, es necesario consultar al Veterinario.
Es importante utilizar vestimenta adecuada para caminar en zonas inundadas, aguas estancadas o tierra húmeda.
Algunas personas por su actividad laboral, presentan mayor riesgo de contraer la enfermedad:
-Criadores de animales.
-Personal de Frigoríficos y carnicerías.
-Personal de limpieza.
-Albañiles.
-Veterinarios.
-Etc.
Personas con mayor riesgo: Niños y Adultos mayores.
Síntomas:
Se manifiesta, en principio, similar a un cuadro gripal (fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar general).
En caso de presentar estos síntomas, y haber realizado tareas o actividades de riesgo, consultar con un médico en forma inmediata, dado que esta enfermedad puede resultar MORTAL».
Si nos cuidamos, podemos prevenirla.
