En contraposición, los concejales del bloque del Frente para la Victoria decidieron defender el bolsillo de los vecinos y el financiamiento del propio Municipio. Es por ello que, presentaron junto con los Mayores Contribuyentes un despacho por la minoría de la Ordenanza impositiva vigente, proponiendo modificaciones con escalas más equitativas, con una tasa más progresiva, teniendo en cuenta las particularidades a la hora de evaluar un aumento.
Otro de los planteos del Frente para la Victoria fue pasar a un cuarto intermedio para plantear una postura y corregir errores que tenía la Ordenanza proponiendo las modificaciones pero decidieron “corregir” allí mismo, en el recinto. Los errores y los cambios propios, lo que dio lugar a confusiones, porque no estaban claros cuales eran mucho de los criterios para aumentar tal o cual escala. Profundizando, además, las incongruencias de la propia Ordenanza excusándose con que eran “errores de tipeo”.
A lo largo del año lo dijimos y lo volvemos a repetir, no queremos obstaculizar ni poner trabas a esta gestión, pero el trabajo que han hecho con esta Ordenanza es realmente desprolijo, hay errores y falta de sensibilidad social. Por esto nos sentamos a trabajar, a estudiar, a proyectar. Contamos con el aporte técnico de los contribuyentes para tener argumentos más sólidos pero no alcanzó. Les marcamos los errores que los propios concejales de Cambiemos (UCR) ni sabían que estaban y les pedimos que se trate más adelante, pero los concejales del Frente Renovador y del oficialismo no quisieron.
Vale aclarar que hace un año nos pidieron que le demos tiempo a la nueva gestión para que en definitiva este año pudieran presentar algo mejor armado, pero eso no sucedió. Es la misma Ordenanza de hace décadas, con los mismos errores y desprolijidades y sin proyección a futuro. Ni siquiera tuvieron en cuenta modificaciones pasadas hechas por el bloque del FPV que ya habían sido corregidas.
Y por último y no menos importante es que estamos viviendo es un contexto inflacionario, de tarifazos de energía, de gas, de suba de precios en la canasta básica de alimentos, de baja en el consumo, de desempleo. Por ello es que cuando el concejal Macagno trata de minimizar el aumento argumentando que era el equivalente, en algunos casos, a comprar dos atados de cigarrillos, se olvidó de mencionar que el bolsillo de los vecinos también viene sufriendo desde hace meses la compra de 3 o 4 pizzas que, según Alfonso Prat gay, equivalen a pagar los aumentos de la factura de la energía, de la obra social, los aumentos en los peajes, la suba del combustible, mientras tanto, el bolsillo de los vecinos cada vez se achica más.
