“Mariano Di Carlo…cuando la mentira es la verdad”

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Mariano era hijo de don Vicente Di Carlo y de doña Lucía Ranelli, pero en realidad era un hijo de Saladillo, una metáfora de nuestras vidas.

 

Versiones orales dan cuenta de las razones que lo llevaron a deambular por las calles del pueblo y a fantasear con cifras millonarias. Rodeado siempre de perros, cual el personaje de Tabaré, se paraba a conversar con unos y otros, que a cambio de una “mentirita” le regalaban un pucho, un sándwich de milanesa o un poco de vino. Todos le daban letra a sus fábulas, las que él magnificaba, para delicia de sus oyentes. Cuando el juego se tornaba muy obvio, distraídamente se alejaba, saludando con su celebre: “hasta luego eh”.

 

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Sus millones quedaron chicos ante el proceso inflacionario del país.

 

Mariano era querido por todos, literalmente como suele decir el dicho popular: “lo querían hasta los perros”.

 

Por eso, como cuenta “El Argentino” del 1º de Abril de 1982, “Así era este popular Mariano, que por su humildad tuvo la postrer despedida de su pueblo, ya que un nutrido cortejo lo acompañó el sábado 27, a las 9:30hs, al ser inhumados sus restos”.

 

El titular del siguiente ejemplar de “El Argentino” fue: “La Recuperación de las Islas Malvinas”.

 

Hasta luego eh…

Fuente: Historia Saladillo

Foto montaje: Matías Vidal