Milton era víctima de bullying y apareció ahorcado en su casa

- Publicidad -

Milton «Tito» Amaya, hincha de Boca, 9 años. Menos de una década es lo que vivió este nene que luchó por una infancia feliz a pesar de todas las trabas que la vida le fue poniendo desde chico. El más pequeño de seis hermanos, con una madre abandónica que dejó el hogar de Algarrobo del Águila en La Pampa y un padre que dice haber hecho lo que pudo para mantener y criar solo a toda la familia con sus escasos aportes de trabajador municipal.

Algarrobo, que es un pueblo rural de 600 habitantes, terminó siendo un infierno para esta criatura a quien su padre describió como «muy cariñoso». En la escuela local fue abusado sexualmente por dos compañeros mayores, aunque solo tuvo un tratamiento de cuatro sesiones de terapia. Como si fuera poco, después de hacer la denuncia, siguió en el mismo colegio donde por la violación se volvió víctima de bullying. El 27 de septiembre pasado fue hallado de rodillas, ahorcado con un cordón de su zapatilla anudado a una cama cucheta.

Walter Amaya, el padre del nene fallecido, precisó en los medios pampeanos: «A los seis meses que nació Milton, la madre se fue». Este hombre, que maneja máquinas viales y trabaja la tierra para frenar incendios forestales, dijo sentirse culpable por la muerte de su hijo quien cree se quitó la vida solo: «Estaba jugando. Para mí fue un accidente», sostuvo.

En agosto, el hombre y la madrastra de Milton habían estado en Buenos Aires por un embarazo complicado. Regresaron a La Pampa el mismo fin de semana de la tragedia y con un bebé recién nacido en brazos. «Ese sábado, cuando llegamos, Milton me cargaba. Porque él era de Boca y yo de River. Jugamos, nos abrazamos y me dijo que no lo dejara más. Estaba contento. Era cariñoso. Cuando me cargaban mucho, porque todos son de Boca, él me decía que se iba a hacer de River para no dejarme solo», precisó.

- Publicidad -

El hombre reconoció que su hijo quizá nunca superó la violación que sufrió en la escuela hogar de Algarrobo del Águila donde junto a su hermana estuvo un tiempo internado. Al parecer, allí fue abusado sexualmente por dos compañeros mayores. En tanto, la directora de la escuela hogar N°129 y maestra de cuarto grado del nene, declaró que Milton era muy alegre y que no parecía tener problemas psicológicos.

A pesar de los bajones que el nene tenía de vez en cuando, nunca dejó de asistir a las fiestas escolares. Siempre alegre y afectuoso, le gustaba vestirse de gaucho, con alpargatas y bombacha de campo. Aún así, ese abuso parecía un karma porque fue el desencadenante de burlas por parte de los demás compañeros del colegio. La denuncia por abuso quedó en manos de la fiscal Alejandra Moyano, pero nadie sabe qué pasó con la misma.

Ahora, la misma fiscal es quien investiga su triste muerte caratulada como «presunto suicidio». Desde el Juzgado de la Familia y el Menor, confesaron: «Lo que le pasó a este nene, es lo que le pasa a muchos niños alejados de la capital. No lo ayudaron quienes tenían que hacerlo ni hubo justicia para él».

La palabra de una especialista

María Zysman, directora del equipo libres de bullying Argentina, analizó en InfobaeTv el caso de Milton: «Cuando hay una situación así tiene que intervenir un equipo profesional para poder abordar las dificultades de un chico posteriormente a lo que le ocurrió».

«Siempre que un chico es abusado hay que tratar de que hable de lo vivido y sanar la situación.Cuando hay un chico en situación sabida de vulnerabilidad hay que agudizar las medidas de cuidado y de protección y de alerta», consideró Zysman.

También se refirió al rol de los docentes: «Hay muchos que sienten que están condicionados por todo lo que ocurre más allá de la escuela. Que si intervienen después vienen los padres y los cuestionan. Las dificultades están en muchos aspectos: rol del docente, su capacitación, el apoyo de las familias a los docentes, el apoyo de los directivos para que puedan detectar y trabajar en prevención.