Muchísima concurrencia en la jornada sobre el Autismo con los especialistas Cadaveira y Sotelo

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Recordemos que la jornada se realizó por iniciativa de las Lic. Magalí Malak y Melisa Jamut, quienes les acercaron la propuesta a la Municipalidad de Saladillo.

 

“Lo principal es erradicar mitos, y hay mucha gente tiene falta de información real acerca de las potencialidades y posibilidades que tiene cada persona con autismo, para desafiar o superar sus desafíos. El autismo no es una enfermedad sino una condición de vida que acompaña a la persona. Por eso la definición Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un cuadro que no es homogéneo a pesar que haya 1 de cada 59 personas en el mundo entero que tiene un diagnóstico de autismo”, indicó Matias Cadaveira.

“Entre más temprano es el diagnóstico mejor se puede intervenir y mejor se puede trabajar sobre la calidad de vida de esa persona para que puedan desenvolverse como cualquier otra en sociedad”, aseguró Eduardo Sotelo

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Algunos de los síntomas:

Los síntomas fundamentales del autismo son dos:

  • Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social.
  • Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.

 

Los indicios que pueden ser indicativos del TEA en los niños son:

  • En el parvulario y en la escuela, hay falta de interés por los otros niños.
  • No comparten intereses (no acostumbran a señalar con el dedo aquello que les llama la atención para compartirlo con los demás).
  • Ausencia de juego simbólico (dar de comer a muñecas, hacer cocinitas, jugar a coches como si fueran de verdad, etc.).
  • Se establece poco contacto visual y no observan la expresión de la cara del interlocutor cuando juntos están viendo alguna cosa inusual. No acostumbran a realizar la sonrisa social.
  • Su lenguaje, si existe, es literal (no entienden las bromas, los chistes, los dobles sentidos ni las metáforas).
  • Evitan el contacto físico o les gusta más bien poco. Acostumbran a tener hipersensibilidad táctil, olfativa, gustativa y auditiva. Frecuentemente existe poca sensibilidad al dolor.
  • Reaccionan poco ante la voz de sus padres, lo que puede hacer sospechar de un déficit auditivo.
  • Presentan intereses inusuales. Además, son repetitivos y no compartidos.
  • Pueden mostrar comportamientos extraños, repetitivos y auto estimulantes como el balanceo, el movimiento de aleteo de manos o caminar de puntillas entre otros.
  • Los que presentan más nivel intelectual, notan que son diferentes y no entienden qué les pasa. Son la pieza del puzle que no sabe acoplarse ni encajar en el tablero social.