Ya no alcanza con el uso del celular en servicio, sino que además “los muchachos” pasan su tiempo tomando mates en casas de vecinos que además los invitan e incentivan. “¿Uy no se cansan de estar parados ahí?, pasen un rato a sentarse y a tomar mates”. Los mismos vecinos, que ante un robo se preguntan ¿Y la Policía local donde está? lo cual es doblemente grave la situación. Por un lado tenemos una Policía que no está cumpliendo con su trabajo y por el otro un vecino que comete la equivocación, pero después reclama.
Desde el comienzo, cuando se anunció la creación de la Academia de Policía, se ha criticado mucho. ¿Para qué más policías? ¿Mientras estudian también hay que pagarles? ¿Están preparados? ¿Salen realmente preparados en 9 meses?
En el transcurso, la gente se fue acostumbrando y se explicó que su trabajo se trata de proximidad, que se trataría de una aproximación directa y una presencia constante. Y esta última palabra es la que hace ruido. PRESENCIA. Por supuesto, como en todos los casos y ámbitos de la vida, como se dice comúnmente “no se puede poner a todos en la misma bolsa”, seguramente, que muchos cumplan su función como corresponde, y tampoco negamos la amabilidad y el buen trato para con los vecinos, pero también es cierto, que en los primeros tiempos, el “Hola, buen día”, no faltaba, pero ese “Hola, buen día”, fue reemplazado por el uso del celular. Ya no te saludan porque “No te ven”, tan simple como eso.
No obstante, ahora no sólo que no te ven porque están usando el celular, sino que no te ven porque están en una casa de un vecino tomando mates, un vecino que “le dio pena” que estén parados ahí, al rayo del sol, con frio o con lluvia cumpliendo un horario, cumpliendo por su trabajo, por el cual cobran su sueldo, entonces los invitan. “Vengan muchachos, es un ratito, tómense un mate calentito, total nadie se entera”; y ese mismo vecino es el que después de un robo se pregunta ¿Y la Policía local?, bien. Gracias, tomando mates en tu casa”.