Sergio Massa y sus profundas convicciones políticas

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Mientras Daniel Scioli atraviesa estos días un profundo problema existencial, trata de disimularlo, pero la realidad es que se siente muy avergonzado por no haber cumplido su palabra brindada ante millones de espectadores, al faltar con aviso al histórico debate presidencial.

A su núcleo de asesores les importa la estadística que algunos de sus encuestadores les hizo llegar y que concluían con un “a Daniel no se le va ningún voto por no debatir, el riesgo es grande si confronta públicamente con Sergio Massa”, y muchos de nuestros votantes podrían sentirse seducidos por sus propuestas ante un candidato con débil oratoria como Scioli, que además deberá llevar en su mochila todas las sospechas de corrupción oficial.

Algo parecido le está sucediendo por estas horas a Mauricio Macri con su mesa chica, todavía está viva la pelea entre Jaime Durán Barba y “Nicky” Caputo, o la fuerte disputa por el poder en la Provincia de Buenos Aires, entre el “influyente” Emilio Monzó y el Intendente de Vicente López Jorge Macri.

El “Niembrogate”, no hizo más que llevar a la superficie, sospechas que estaban latentes desde hace varios años, que recelan sobre el mal manejo de distintas partidas que sumarían cifras varias veces millonarias, aunque también sus asesores le restaron importancia en cuanto al impacto negativo que podrían tener en su electorado. Tanto Scioli, como Macri, se llevaron un “chasco”, y hoy lo están pagando muy caro; el primero va tener que enfrentar en el ballotage a Sergio Massa, y el segundo que ahora está tercero estaría en este escenario en desarrollo, fuera de juego.

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Massa ha demostrado tener las convicciones, el coraje y la decisión para avanzar en un proceso de cambio que lleve a sacar del poder al actual Gobierno. Sabe y tiene experiencia en gestión, posee una estructura política fortalecida para enfrentarlos y derrotarlos. La clave está en la “confianza” que le brinda el electorado, y esto Massa supo ganarlo todos días en cada rincón de nuestra Argentina.

Sergio Massa y su equipo de campaña, nos han pedido que redoblemos el esfuerzo en los próximos días y semanas. Necesitamos que sepan y tengan en claro lo siguiente:

Sergio Massa va a llegar a segunda vuelta por varias razones, entre las que se destaca por ser el candidato de la gente. Cuenta con mayor imagen positiva, liderando con un balance + 19, seguido por Scioli con un +7 y un desgastado Macri con un – 4. El candidato del Gobierno, garantiza impunidad y continuidad de la actual gestión, mientras que el candidato del “cambio”, es del llamado círculo rojo – empresarios y poderosos – lo que inevitablemente nos trasladaría retrotrayéndonos a la década del ’90.

Estamos captando la intención de voto de quienes veían en el PRO, de Mauricio Macri, una opción potable, tal se pudo apreciar en los resultados de las PASO, hoy nos encontramos a escasos 4 puntos porcentuales; teniendo en cuenta que en Agosto arrancamos con 15% y Macri con 24%, estamos en condiciones de decir que Sergio Massa viene en un claro derrotero ascendente. Retuvimos el voto UNA de José Manuel de la Sota, y estamos creciendo por sobre eso, llegando al 28,5%.

Macri NO ha decidido que quiere ser ni ha dicho con la claridad necesaria, que haría si llegara a ser Gobierno. No solo responde con evasivas, sino que también ha cambiado el discurso defraudando a su electorado; lo que sí se puede apreciar es el anti peronismo acérrimo al que responden todos y cada uno de sus compañeros de fórmula. Con las denuncias de corrupción que pesan sobre su Gestión de Gobierno, dio un giro a la izquierda en su limitado discurso y comenzó a hablar de lo que los bonaerenses sabemos, no por haberlo leído, sino porque llevamos años bregando por mejorar “nuestra Patria chica”; se enteró que hay pobres, carencia de agua potable y cloacas; que la inseguridad se acrecentó a pasos agigantados durante la gestión del Gobernador Daniel Scioli. Tal vez, si dice lo que verdaderamente haría en caso de ser Presidente, pocos lo votarían; la caída del PRO pareciera no tener pausa, la deshonestidad, la carencia de equipos de trabajo sólidos más allá de los actores que a la fecha, integran el Gobierno de la Ciudad, las causas judiciales, la “pureza” que pregonaban a viva voz, no garantizan estabilidad ni gobernabilidad. El cambio por sí solo NO ES UNA PROPUESTA, LAS PROPUESTAS SON EL CAMBIO.

Sergio Massa propone y expone claramente cómo será su Gestión de Gobierno, y quienes serán los responsables en cada área y el equipo que acompañará a dicho responsable de lo que ha dado en llamar EL CAMBIO JUSTO; destacándose, entre otros, Roberto Lavagna y José Manuel de la Sota.

La derecha de Macri y Scioli tiene un techo, y ellos son la derecha de la Argentina. En caso de ballotage, el único que garantiza la derrota del kirchnerismo es Sergio Massa; Scioli le ganaría a Macri, situación que ocurriría porque el 40% de los votos de Massa NO irían a Macri; en cambio el 90% de los votos de Macri se inclinarían hacia otro candidato que no represente al Gobierno Nacional, como es el caso de nuestro candidato a Presidente.

Tener una fórmula federal con Gustavo Sáenz, los mejores equipos de trabajo para cada espacio, haber mostrado y desarrollado sus propuestas de Gobierno focalizando fuertemente en la producción, el trabajo, la educación, la aterradora inseguridad. Aumentaremos los haberes del trabajador desgravándolos de ganancias, boleto social, boleto educativo, paritarias libres, estabilidad económica; 1.200.000 viviendas generadas por el gravamen al sistema financiero, mantendremos los planes sociales por un plazo de 2 años mientras se afianzan en un nuevo trabajo.

Hemos evitado la POLARIZACIÓN porque somos republicanos. En el año 2013 Sergio Massa le cerró la puerta al sueño de Cristina Eterna; por lo tanto, todo lo expuesto hacen que sea el mejor candidato, por lo que será, el mejor Presidente.

Ocupemos todos los espacios difundiendo estas ideas, no debe quedar un compatriota sin saber que Sergio Massa, junto a sus equipos de trabajo, serán los responsables de devolvernos la dignidad como País, y la certeza de que nuestros esfuerzos no serán en vano.