Elida, la abuela, contó que se hallaba en la vereda con los dos niños uno en sus brazos y la mayor de dos años y nueve meses jugando a su lado cuando un automóvil moderno color rojo se detuvo y una señora desconocida sin bajarse del mismo sacó medio cuerpo para afuera y comenzó a llamar a la niña diciéndole «veni con la tía, veni con la tía».
Elida sorprendida reaccionó y agarró a la niña para dirigirse hacia la casa que queda bastante lejos de la vereda ya que hay una especie de pasillo descubierto y otros departamentos delante.
Rápidamente la mujer se disculpó diciendo: «Me confundí esperaba a mi sobrina» pero el auto aceleró y se perdió de vista muy rápido.
Tanto Elida como Carolina piensan que si realmente esperaba a otra persona debía haberse quedado en el lugar o al menos preguntar por su supuesta familia y no huir rápidamente como lo hizo.
«Hace aproximadamente siete años que vivimos en Saladillo y trabajamos aquí. Vinimos de la provincia de Misiones. Todas las tardes acostumbramos a salir a caminar o a la vereda ya que los chicos están mucho adentro y necesitan tomar aire».
«Esto fue cuestión de segundos, yo había ido a comprar al mercado con mi marido y cuando volvimos la encontramos a mama ya adentro de la casa muy asustada? dice Carolina y agrega: ?eran aproximadamente las veinte».
En cuanto a la pregunta si habían realizado la denuncia expresó: «No hicimos denuncia porque ni siquiera alcanzó a ver la patente ni la marca del auto solo podemos decir que fue un auto de alta gama muy lindo. Ningún vecino comentó si vio algo, tal vez no había nadie afuera o no prestaron atención todo fue muy rápido en cuestión de segundos».
Foto ilustrativa