“Ya hoy es el último primer día de nuestra vida, como Halley, pero esta vez no me contaron la historia, la viví”

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“Lloré, patalee, me pregunté mil veces por qué yo, qué había hecho, por qué a mí? me encerré en el miedo, el pánico, el dolor, hasta que mis preguntas retumbaban en mi gran cabezota, hasta que logre entender, por qué yo no? Por qué a otros sí y a mí no, quién soy yo para que no me pase. Una vez que atravesé esa pregunta, entendí”.

“Rescato todo lo lindo, porque fue un gran aprendizaje, conocí personas en la misma que yo, que pelean hace más o menos tiempo que yo, pero que le dan batalla. Más grandes y más chicos. Entendí que tiene que ser así, enfrentar y dar pelea, batalla, hay que armarse hasta los dientes y salir endurecidos a enfrentarla. Antes era una palabra prohibida, una palabra a la cual había que respetarla. Pero se la puede combatir. Yo me asocie con muchas gente que me hizo el aguante y me ayudó a enfrentarla”.

“Gracias Dr Daniel Salamida, Dr Badano, Dr Giglio, Dr Juan Manuel Carrera, al hospital de Ramos Mejía, al de Florencio Varela, A Alejandra Lorden y Gaby, al Hospital Roffo en todas sus áreas y profesionales de primera, a mi médico ya médico/amigo recibido Migue, a mi psicóloga Eugenia, a mi homeópata Gerardo, a Vedanta, a Martín Berra, a Ramiro, familias de sangre y política( herman@s, cuñad@s, sobrin@s, ti@s, prim@s), mamá, suegra, madres y padres postizos, amig@s de allá y de acá, del teatro y de la vida, de siempre y de ahora, alumnos más sus familiares, conocidos, vecin@s, amigos de amigos/conocidos, y en especial a una persona que no se separó de mi, ni un segundo (literal), de fierro, de plata, de oro, que se bancó mis buenos y malos momentos, mis llantos de angustia y de emoción, las caras de tejes y las de alegría. Recordaré sus frases siempre, falta menos, ya estamos, no queda nada, come un poquito más, dale boncha, no te angusties, toma esto, come esto, ya nos vamos a casa, despertame cuando te sientas mal, y podría escribir una libro de frases”.

“Gracias por ser como fuiste estos 163 días al lado mío, por cuidarme, por ser mi sostén, por bancarte todas, y sobre todo por ser mi gran compañera.Ya pasó todo. Ya estamos afuera del hospital de los pañuelos y las gorras, ya no va a ser necesario levantarnos a las 6.45hs para ir a rayos, ir a autorizar una orden, esperar al frío del aire acondicionado o al calor del hospital, el loco de seguridad y sus elefantes por las noches, la reposera atravesada en la habitación, el programa de Leo Montero, no prender el ventilador porque al señor le hace mal y muchas historias que nos llevamos de acá, las cuales serán parte de alguna obra nuestra, gracias Lu, te amo”.

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“Gracias por la ayuda, los mensajes, los posteos, las cadenas, los rosarios, los regalos, las grandes ayudas recibidas, los consejos, los Aventones a 170km/hr, las medialunas, las pelis, las comidas especiales, las visitas, el aguante y muchísimas cosas más”.

“Ya hoy es el último primer día de nuestra vida, como Halley, pero esta vez no me contaron la historia, la viví”.