Piñeyro y Crognale, en diálogo con ABC, contaron cómo continúan los trabajos en el hospital en este contexto de pandemia

Foto: archivo (Facebook)
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El equipo directivo del Hospital Dr. Posadas, con Félix Crognale y Javier Piñeyro a la cabeza, habló con ABC Saladillo sobre la situación actual del nosocomio, dentro y fuera del contexto de pandemia que nos atraviesa.

El achatamiento de la curva, producto de la pronta decisión de decretar el aislamiento social, preventivo y obligatorio, le dio un margen de tiempo al hospital para prepararse para un eventual pico de contagios. Si bien en un principio se esperaba que el auge suceda a esta altura, la habilitación de diferentes rubros comerciales obliga a tomar más responsabilidad individual y compromiso social que nunca.

En este contexto, el hospital hoy cuenta insumos que fueron llegando de manera quincenal desde el inicio de la pandemia; hasta el momento tiene un caso recuperado, 17 descartados, 0 confirmados y 0 sospechosos de Coronavirus; los trabajadores que no quedaron exceptuados de la cuarentena, doblegan esfuerzos para atender las necesidades del nosocomio. Además, amén a esta contingencia, se atraviesan situaciones por otras patologías y cuestiones inherentes a la salud.

A propósito de la situación en líneas generales del Hospital Dr. Posadas, dentro y fuera de la contingencia por Coronavirus, hablaron Javier Piñeyro y Félix Crognale y contaban lo siguiente:

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-¿Qué tipo de insumos son los que llegaron al Hospital?

-Crognale: “Desde que comenzó la contingencia de Coronavirus, el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires nos está enviando insumos con una periodicidad quincenal, como barbijos quirúrgicos, camisolines, antiparras, gafas, guantes), inclusive nos ha traído camas de terapia stryker de última generación, la semana pasada nos trajo camas para sala. Por suerte, nos envían insumos de cada vez mayor calidad y en mayor cantidad. A través de las donaciones, que por suerte colaboraron muchísimas personas, nos fuimos armando de las cosas que considerábamos que teníamos que ampliar el stock, a través de proveedores privados”.

-¿Son insumos específicos para esta contingencia de Coronavirus, o cuando llegue ‘el día después’ también servirán en el Hospital?

-Piñeyro: “El equipo de protección personal es para esta contingencia, más que todo. Sirven después, pero no con el mismo grado de necesidad que ahora. A nivel mundial, la escasez está en ese punto, tenemos que ser muy previsores y es lo que intentamos hacer desde la dirección: cubrirnos lo más posible para que no nos agarre a mitad de camino o en el peor momento con insuficiencia de estos insumos.

Por otra parte, hay ciertas estructuras y obras que se están haciendo que van a perdurar: todo lo que se hizo en la terapia, en la zona de aislamiento, con un vidriado para tratar de dejar la zona más limpia. Eso va a quedar para siempre y coloca a la terapia nuestra dentro de las que cuentan con mayor protección, las más seguras de la zona. También tenemos pedido una obra de oxígeno central para la sala de clínica, que obviamente va a perdurar”.

-Si hoy por hoy llegara un pico de contagio de COVID a Saladillo, ¿cómo creen que lo agarraría al Hospital? ¿Bien preparado?

-Crognale: “Desde la logística y capacidad de camas, el hospital está bien preparado. Obviamente que uno sigue repitiendo el tema de aplanar la curva: si los casos son esporádicos, el hospital tiene la capacidad operativa para dar respuesta tanto a lo leve como a lo crítico. Si hay un pico en el que ingresan muchos casos a la vez, es muy complejo. No hay hospital que pueda resistir 500 casos en un mes”.

-Cuando arrancó esta contingencia en el país y en Saladillo comenzaron a planificar qué es lo que se podía armar para estar preparados, ¿se imaginaban llegar al 10 de mayo así? ¿O se imaginaban un panorama mucho peor?

-Crognale: “Uno nunca quiso hacer futurología de cuando vendría el pico. Lo que nos está dando la experiencia es que se está prolongando cada vez más, esperemos que al interior no llegue lo que está pasando en Capital Federal o cierto sector del Conurbano. De momento estamos bien, no hay por qué preocuparse, por así decirlo”.

-Piñeyro: “Quiero dar este ejemplo para que se entienda: los desagües pluviales de Saladillo pueden estar perfectamente bien hechos, pero si llueven 300 milímetros en una hora, no hay ningún desagüe que lo pueda contener. Esto es lo mismo: si nosotros nos desbordamos, y ese pico llega a lugares en donde no se han tomado las precauciones que se tomaron acá, es inmanejable en cualquier lugar del mundo y obviamente a eso nosotros no somos la excepción. Hay un punto que es inmanejable, esperemos que ese punto no llegue y podamos seguir manejándonos con una curva aplanada, y entonces sí lo que nosotros preparamos va a ser suficiente”.

-A propósito de las actividades que comenzaron a habilitarse o que comienzan a tener menos restricciones, ¿creen que podría llegar a ser perjudicial desde el punto de vista epidemiológico?

-Piñeyro: “Es difícil hacer futurología, pero la realidad que uno ve de la situación es que hay un conflicto de intereses inevitable: lo que es bueno para la salud, es malo para la economía; lo que es bueno para la economía, es malo para la salud. Ahora, ‘¿cuánto es malo y cuánto es bueno?’ es lo que es difícil de decir, y ahí uno entra en la futurología. Cuánto de malo fue abrir lo que se abrió, lo dirán los días. Lo que uno tendría que leer, si ve que realmente esto va hacia un lugar que no quiere llegar, habría que volver para atrás. Nosotros, como defensores de la salud, vamos a estar en un extremo; un economista, como defensor de la economía, va a estar del otro extremo. Seguramente va estar en un punto medio y habrá que ver cuánto de malo es ese punto medio”.

-Más allá del Coronavirus, ¿cómo está el funcionamiento del Hospital por fuera de ese contexto?

-Crognale: “Hay empleados que están de licencia, que se acogieron a la resolución de personas de más de 60 años o factores de riesgo. Hay otros trabajando, quizás un poco más, dando un plus, por ciertos reacomodamientos que hicimos –las tres guardias separadas, la ampliación de horario de atención-. Ellos están bien, están conformes, entienden que es una situación excepcional y, en este contexto, el empleado de la salud pública tiene que dar un poquitito más que antes –que por cierto, ya era mucho-.

En cuanto a insumos, están haciéndose los trámites más allá de las licitaciones. Es un tema que venía medio lento porque ya no había presupuesto del 2019 y se estaba por aprobar el presupuesto 2020, que nos iba a abrir un montón de licitaciones para insumos que no dependían de la contingencia del Coronavirus. Todo esto lo hizo retrasar un poco, pero por suerte tenemos un buen stock en la farmacia para estos meses, hasta que se apruebe el presupuesto provincial y volver a la normalidad. Siempre quizás había una realidad dura en el Conurbano, y el hospital de Saladillo siempre fue una burbuja en cuanto a funcionamiento e insumos. En líneas generales, está andando bien: así lo refleja la estadística, y la gente que viene utilizando los diferentes servicio.

-Hoy –por ayer- es el Día de la Enfermería. En este hospital, que cuenta con una Escuela de Enfermería muy prestigiosa con numerosa matrícula, me imagino que se debe revalorizar un montón el trabajo de ellos en este tiempo, ¿no?

-Piñeyro: Sí, creo que la enfermería es uno de los pilares de la salud pública, y una escuela siempre prestigia a la enfermería de un lugar porque le da calidad y cantidad, nos permite en esta difícil situación tener enfermeros para nombrar, para agregar al plantel. Obviamente hay que recalcar el trabajo de los enfermeros y destacar el acompañamiento en esta difícil situación.

-En esta fase 4, todos hablan de la importancia del compromiso ciudadano. ¿Qué les dirían a los vecinos, con más responsabilidad en sus manos? Ante la baja de controles y la apertura laboral.

-Crognale: “Esto de la responsabilidad individual, que a su vez influye en la colectiva, lo venimos remarcando casi desde el momento que comenzamos a planificar la pandemia. Sin responsabilidad individual, independientemente de las restricciones que se puedan llegar a poner, va a depender de lo que haga la gente en sus casas y cuando sale a la calle. Parece que uno lo repite hasta el cansancio, es una frase hecha, pero el virus circula con la gente.

Si la gente toma las medidas de precaución necesarias, usa barbijos -uno recorre las calles y hay gente sin barbijos, a sabiendas que puede llegar a tener alguna sanción-, si se respetan las distancias individuales, si hay lavado de manos, por más que se vayan abriendo ciertos sectores de la economía, no tendría que haber un pico. Queda siempre en la responsabilidad individual que va a afectar la salud colectiva. En líneas generales, son puntuales los casos que uno ve, pero la gran mayoría de la gente está tomando recaudos y comportándose como se tiene que comportar en un contexto de pandemia, una situación difícil porque nos cambiaron los hábitos que uno tenía arraigado desde chico”.

-Piñeyro: “Uno lo que diría acá, es que no se descuiden. El virus está, venimos bien pero esta guerra sigue estando y hay que seguir luchando. Si hay mucha gente en un lugar no vayamos, respetemos los dos metros de distancia. Seguir teniendo precauciones porque el enemigo sigue estando, y depende de nosotros poder contenerlo. Hasta ahora venimos muy bien y hay que felicitar el comportamiento ciudadano, pero no nos descuidemos. Es largo, fuerza. Lo que nos queda es todavía un camino muy largo, recién comienza”.