Carlos Antonio Gorosito: “Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad”

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Carlos me recibió en su casa alrededor de las 12 del mediodía del día martes 15 de diciembre. Se lo notaba distendido…relajado; vestido de entrecasa, afectuoso y alegre por mi visita.

Es que esta sería la primer nota que realizaba luego de haber estado al mando de la localidad de Saladillo como Intendente durante 24 años de manera ininterrumpida.

Allí se respiraba Arte. En las paredes abundaban cuadros de artistas locales; observándolos encontré retratos que llamaron mi atención: Martin Luther King, Ernesto “Che” Guevara, la Madre Teresa de Calcuta, María Elena Walsh, Julio Cortázar, Pablo Neruda, The Beatles, Marilyn Monroe, entre otros.

La entrevista se desarrolló en su escritorio, compuesto por una mesa colmada de objetos personales y recuerdos; una computadora, cuadros y libros por doquier.

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Periodista (P): ¿Cómo recordas tu infancia?
Carlos Gorosito (C.G): Del barrio recuerdo la calle de tierra, había pocas casas, era un Saladillo casi despoblado. Las inundaciones de la época provocaron que con el agua estancada  se cree una especie de canal  en donde nadábamos. Yo vivía en Pereyra entre Mitre y Sarmiento, era una zona casi despoblada.
Mi Infancia fueron los amigos del barrio, la pelota de goma o de trapo con algunas medias, las canchitas improvisadas en las calles de arena y en algún baldío en el que se armaba un partido.
Llenar  los álbumes de figuritas con los jugadores de la época, jugar a la bolita, a la payana. Eran cosas de mí tiempo, de más de 50 años atrás.

P: ¿Cómo se desarrolló tu adolescencia?
C.G: La primaria la transité en ese barrio, luego se vendió  la casa que era de mis abuelos maternos. Cuando murieron, llegó el desalojo y nos tuvimos que trasladar a otro barrio, en donde se hallaba la casa de mi abuelo paterno ubicada en Irigoyen entre Pereyra y Juan B. Justo; ahí viví un tiempo importante, parte de la secundaria. Después vino otro barrio, y así sucesivamente.
Fui al Colegio Nacional, el viejo Colegio Nacional. También eran tiempos de inundaciones. Vivíamos en la esquina de Martin Fierro y Alisal  y era la única casa que había, el resto era bosque y había mucha oscuridad.
Donde hoy está la Terminal, jugábamos al fútbol, era calle y cancha a la vez. La esquina de Mitre y Estrada, en donde había un baldío, era usada como  punto de encuentro a la hora de la siesta y por las tardecitas;  la pelota era el símbolo unificante por excelencia en ese tiempo.

P: ¿Cuándo y cómo comenzaron a instalarse la Política y la Militancia en tu vida?
C.G: Siempre tuve inquietudes, siempre me interesó la Historia. Cuando iba a la Escuela Primaria, a la Escuela  18, pensaba “cuando sea grande voy a ser Diputado”, ahí me empezó a interesar la política.
Sabía que para estar en política, de acuerdo a como está organizado el Sistema en Argentina, tenía que hacerlo a través de un Partido político. Entonces empecé a ir a la Biblioteca a estudiar Historia Argentina, las corrientes migratorias, las primeras ideas políticas.
“En mi familia no hubo ningún antecedente de militancia política. Mi padre era peronista y mi madre radical. Yo terminé definiéndome por el radicalismo”.
“Recuerdo una tarde, en la que visité  al Doctor Alejandro Armendáriz y en ese encuentro me dijo: “Carlos cuando uno se pone de novio tan joven…después no se pone de novio nunca más”, fue así cómo me incentivó a militar. Él fue quien me impulsó a estar en la política. Después de Armendáriz, fue Julio Volonté quien contribuyó en mi formación ideológica”.
“En el secundario, formé el Club Estudiantil del Colegio Nacional y desde los 14 años comencé a participar activamente en la política. Mientras los chicos de mi generación estaban el fin de semana en la confitería, yo andaba recorriendo la provincia con un portafolio, una camisa y una camperita”.

P: ¿Por qué Radical?
C.G: Para mí fue el primer Movimiento Popular Moderno en Argentina. Hipólito Irigoyen lo definía en su momento como Poseedores y Desposeídos, señalando cómo un pequeño grupo se había adueñado de todos los recursos políticos, económicos y sociales de la Republica al servicio de sectores que ellos mismos representaban.
Irigoyen en ese momento representaba a los excluidos, los orilleros, a la chusma,  a los sectores más desprotegidos de la sociedad, eran los inmigrantes de aquel tiempo; es allí cuando nace el Radicalismo. Él impulso varias revoluciones…no buscó ocupar el poder, buscó que se garantizaran los comicios libres. Sostengo que cuando cae Irigoyen, el pueblo había logrado muchas conquistas populares que empezaron a derogarse. Se pone un dique de contención al progreso y las aguas empiezan a hacer presión.
Luego aparece Juan Domingo Perón, hombre que va a marcar a fuego la Historia Argentina. Perón empieza a devolverle al pueblo algunas conquistas originadas en la época de Irigoyen.
“Soy radical, porque creía y sigo creyendo que más allá de las divisiones históricas que tuvo el radicalismo, abracé la causa del partido por una razón histórica. Sin embargo, que uno sea adversario político de otro, no nos debe llevar a la descalificación, tenemos que aprender a convivir en la diferencia”.

P: ¿Por qué decidiste ser intendente?
C.G: Yo comencé siendo Concejal. Tal vez siempre lo quise… desde el primer día en el que me metí en política. Lo supe desde chico, desde el mismo día en el que empecé a militar y me introduje en el maravilloso, apasionante y complejo mundo de la actividad política. Después uno llega hasta donde llega.
Me honra que el pueblo me haya elegido seis veces consecutivas intendente de la ciudad. Llegué a ese cargo a través de mucho tiempo de lucha.

P: ¿Cómo fue tu relación con los votantes, con el pueblo?
C.G: Fue cambiando. Cuando uno empieza hay una relación más personalizada, hay un mano a mano con la gente, desde ir a tomar mates hasta visitar las casas una por una.
Cuando se llega, la gestión te va involucrando permanentemente.  Naturalmente, eso te hace alejar de los amigos, tenes que viajar, gestionar, estar con los problemas que surgen, se va produciendo un distanciamiento importante con el contacto diario. Por supuesto que los tiempos son distintos. Mi  primera campaña la hice con una bicicleta “en un mano a mano con los vecinos”, con lo  difícil que es hacer una campaña; yo la hice en bicicleta y gané.
También pasé por internas dentro del radicalismo.  Luego, en las otras elecciones  ya había una base: “esto es lo que hice”. Eso se fue repitiendo año tras año hasta estas últimas elecciones. En donde creo que en la sociedad hubo una imposición histórica del cambio.
Tal es así, que el sábado estuve cenando con un grupo de amigos y uno de ellos entre risas me dijo: “Esta vez no te voté” (…) “Estaba cansado de vos”, sin embargo reconoció: “Intendentes como vos, no va a haber en la historia de Saladillo….pero tanto verte en la televisión y en todos lados me cansó, quería un cambio” (…) “a lo mejor dentro de 4 años tenes que volver”.
Y ese razonamiento me sirvió. Siempre me nutrí con el argumento del Otro. Antes, iba a la peluquería y le preguntaba al peluquero: “¿acá qué comentan?”, iba a la carnicería y le preguntaba al carnicero: “¿acá qué se dice?”.
La Ñata Vázquez, enfermera y militante política, tiempo atrás me dijo: “¿Queres saber lo que piensa la gente?”; y me llevó a recorrer las camas del sanatorio. En ese momento había una expresión mayoritaria y la percibí.
Hay muchos motivos por los que la gente vota y/o deja de votar, un intendente es producto de una formula polinómica.  Hay votos ideológicos, votos no ideológicos, votos realizados con empatía y votos con antipatía.
“Recuerdo una anécdota en donde una persona sale de un kiosco frente a la Plaza Principal. Yo  lo saludé, él me miró… lo volví a saludar. Hasta que a la tercera vez que hice lo mismo, me devolvió el saludo. Cuando esta persona llega al Club Argentinos e ingresa (según testimonio de quienes estuvieron allí) dice: “yo soy peronista, pero lo voy a votar a Gorosito” (…) “me saludó y yo soy peronista… en cambio el otro candidato entró al kiosco y no me saludó”.

P: ¿Cómo queres que te recuerden?
C.G: Aunque todavía me falte un tiempo por recorrer en el campo de la política, quiero que me recuerden como el intendente que empezó a ocuparse con mucho esfuerzo de la Educación, como “el Intendente de la Educación”.
Sé que van a venir otros Intendentes y que van a hacer más, porque los tiempos cambian, pero cuando nadie lo hacía en la provincia, yo le estaba poniendo énfasis a la educación.
Al haber estado muerto, de alguna manera, a raíz del accidente, con casi 50 días en coma,  soy partidario de hacer los reconocimientos en vida.
“Le pese a quien le pese yo ya terminé mi mandato. Y en la historia voy a ser recordado, como un Intendente que estuvo seis periodos consecutivos durante 24 años. Sin caer en la vanidad, creo que se produjo un proceso de Refundación en Saladillo”.
Por supuesto, que el actual intendente y los futuros intendentes tendrán replanteos, reformulaciones a partir de lo hecho o conducirán y ejercerán su cargo con otra mirada “pero lo Hecho, Hecho está”.
Aunque no quiera entrar en la autocalificación, sé que Saladillo vivió una Etapa Refundacional. Fui un intendente que HIZO, que desafió imposibles.  Creo que para que un Gran Sueño se convierta en realidad hay que tener un Gran Sueño. Como lo describe Eduardo Galeano: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso… sirve para caminar”.
A las últimas elecciones me presenté con el convencimiento que ganaba, pero la derrota está dentro de las posibilidades. En última instancia, morí en mi propia ley. Ricardo Alfonsín señalaba: “Sigan a ideas, no sigan a hombres”. Si el pueblo me hubiese elegido intendente hasta el 2019, con más años que ahora, a lo mejor hubiese pensado en continuar siendo intendente, porque los sueños no se terminan nunca.
P: ¿Cuál fue el hecho que recordas con mayor felicidad en estos 24 años de gestión?
C.G: Creo que, “el orgasmo de un político se da cuando este gana las elecciones o cuando inaugura una obra… El resto es dolor”. Cada obra que inauguré, por más pequeña que fuera, la sentí como una gran realización. Para mi todas fueron hitos transcendentales, no puedo particularizar ninguna, todas fueron importantes.

P: ¿Cuál fue el hecho que recordas con mayor dolor en estos 24 años?
C.G: Aunque los momentos de felicidad son únicos, irrepetibles y pequeños, para llegar a ellos hay procesos que pueden ser dolorosos. Por ejemplo, cuando desperté del coma y me enteré de la muerte de mi hermano, esa fue una perdida personal y dolorosa.
También hay pérdidas simbólicas…cuando uno pierde una elección se produce una herida simbólica. Lo mismo sucede cuando uno se separa, luego esa herida se cicatriza.  A veces desde el lugar donde uno está, hiere… “yo no trabajé en el cargo de intendente para herir, pero a veces uno, sin querer, hiere”.

P: ¿Por qué fuiste electo 6 veces consecutivas Intendente?
C.G: Porque logre tener una empatía con la gente. “Cuál era mi punto máximo: el séptimo mandato… No para satisfacer una vanidad personal, sino para terminar una Obra, aunque siempre faltan cosas”.
“Para llegar al punto más alto del Everest, algunos mueren en el intento. Cuando estaba a escasos metros de llegar a la cima se cortó la soga, esa soga simbólica que me une con el pueblo”.
Luego de estas elecciones, mi hija me llamó y me preguntó: “¿Pa cómo estás?”, yo le respondí: “Bien, pensado en reinventarme”.

P: ¿Colaborarías con el actual gobierno?
C.G: Desde el punto de vista de mis creencias, “la vida nos ha sido prestada”. El ser humano está hecho para servir, a mí me tocó ayudar a mucha gente desde el lugar que me dio la sociedad, y desde aquí lo seguiré haciendo.
Con Carlos Iparraguirre, mi asistente y mano derecha, hemos estado trabajando, informándonos, leyendo los diarios. Todavía estoy ocupado como si estuviese en el cargo, no noté que dejé de ser Intendente.
“No tengo dudas, que voy a seguir haciendo política. Pienso  seguir luchando y no abandonar, cualquier funcionario que necesite mi ayuda, la tendrá”.
Si Salomón lo considera necesario tendrá mi punto de vista, después la decisión será de él. Estaremos para lo que nos necesiten… yo estoy al servicio de la gente y de las autoridades de Saladillo… de este intendente y de cualquier otro intendente en el futuro.

P: ¿Qué opinas de la oposición en saladillo?
C.G: La oposición surgió desde las propias filas internas del partido, la gente vio que José Luis Salomón era quien podía desplazarme y por eso lo votaron. Oponerse significa “ocupar el lugar de”.
Aunque todo es subjetivo y esta sea una interpretación mía…A veces, muchos votan a favor y muchas en contra, por eso: “en política y en amor hay dos cosas que he aprendido no agrandarme si he ganado, ni achicarme si es perdido”.
“Existe  la parte altruista del ser humano y la parte egoísta. El cargo de Intendente es uno sólo y lo quieren varios. Desde lo simbólico Ser Intendente representaría el objeto deseado a alcanzar por quienes son candidatos… dentro de 4 años sucederá lo mismo”.

P: ¿Qué futuro vaticinas para saladillo?
C.G: La sociedad es cambiante, no sabemos lo que va a pasar dentro de 15 días ni dentro dos horas, pero dentro de la construcción teórica a Saladillo se le presenta un panorama inmejorable. Por supuesto que después está la parte práctica, la de gestión. Yo tuve un contexto político desfavorable durante 24 años, gobiernos con distintos signos políticos… hoy al nuevo intendente se le plantea una situación realmente inmejorable.
Salomón tiene la posibilidad de solucionar y rever cosas que yo he hecho mal. El crecimiento de Saladillo está demandando un aumento en la prestación de los servicios, esa era una batalla que yo iba a tener que librar y que ahora le toca al actual intendente.

P: ¿Cómo fue tu relación con los medios de comunicación?
C.G: La relación entre el que está gobernando y los medios siempre es compleja. El medio cumple varios roles, uno es el de Informar y otro es el de Formar, por eso se transforma en un referente importante influyendo en la sociedad.
Cuando yo era chico decía: “LO DIJO LA RADIO” dándole vida a esa expresión, como si fuese “palabra sagrada”. Los medios deben cumplir su rol, oficialistas u opositores, están obligados a brindarle lugar a todos para que cada uno pueda expresar su punto de vista, después la gente saca sus propias conclusiones.

P: ¿Cómo crees que va a ser actualmente tu relación con la gente?
C.G: “El día 11 no programé el despertador, me levanté tarde…a las 12 del mediodía… salí caminando desde acá y a unas cuadras una persona me cruzó y me saludó: “Hola Intendente”.
Anoche iba caminando a la casa de un amigo y una persona que iba en su auto me cruzó, dio la vuelta a la manzana  y volvió para asegurarse que fuese yo quien iba caminando. Espero adaptarme, acostumbrarme a ser Ex Intendente.

P: ¿Cuáles son tus deseos para la localidad?
C.G: Deseo que al mundo le vaya bien, que no haya problemas de ninguna naturaleza. Desear el bien, eso quiero. Quiero que a mi pueblo le vaya bien, así como también al país y al mundo.
A Saladillo, lo invito a seguir soñando, que nuestros sueños sean tan grandes como para no perderlos de vista mientras intentamos alcanzarlos. “Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad” ese es el mensaje que quiero transmitir, el de hacer realidad nuestros sueños. Todo lo que hoy es real, antes fue imaginario por eso cuando me voy a dormir, no me voy a dormir para descansar…me voy a dormir para seguir soñando.