Primer encuentro hispano argentino en Saladillo de Encaje a Bolillo

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Este encuentro surgió a partir de que la Profesora Graciela Ramos comenzó a asistir a nuestra localidad, hace cuatro años, particularmente a la Institución CETIDIM, y conformó un grupo pequeño de personas, debido a lo difícil que es esta técnica.

 

Este fin de semana más de 100 encajeras trabajarán en la vía pública, para que todos puedan observar esta técnica que se está perdiendo. Tal encuentro se enfoca como un hecho turístico.

Vale destacar que la Escuela Agropecuaria de Cazón ofreció sus instalaciones para que puedan alojarse 30 personas, y el resto se instalarán en Hoteles.

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El encaje de bolillos es una técnica de encaje textil que consiste en entretejer hilos que inicialmente están enrollados en bobinas, llamadas bolillos, para manejarlos mejor. A medida que progresa el trabajo, el tejido se sujeta mediante alfileres clavados en una almohadilla, que se llama «mundillo». El lugar de los alfileres normalmente viene determinado por un patrón de agujeritos en la almohadilla, también conocido como «picado».1​

 

El encaje de bolillos se puede realizar con hilos finos o gruesos. Tradicionalmente, se hacía con lino, seda, lana y posteriormente con algodón. También con hilos de metales preciosos. Hoy en día también se realiza con una gran variedad de fibras sintéticas, con alambres u otros filamentos.

 

Entre los elementos de diseño que se pueden realizar hay tejidos (tela), redes , trenzas, puntillas, cuadros y rellenos, aunque no todos los tipos de encaje de bolillos incluyen todos esos elementos.

 

Muchos tipos de encaje se inventaron durante la época de apogeo del bordado (aproximadamente entre 1500 y 1700) antes de que las máquinas bordadoras automáticas estuvieran disponibles.

El pueblo de Camariñas daba nombre a los encajes de bolillos que se hacían en toda Galicia (España), y que actualmente vuelven a cobrar auge en la región.

Se empleaba el hilo de lino, que se cultivaba abudantemente en Galicia. En la catedral de Toledo, en la primera mitad de siglo XVI, aparecen compras de hilo gallego, lo que parece indicar que se exportaba al resto de la Península.

 

Es este un encaje del tipo guipur donde las hojas constituyen los elementos básicos de la decoración. Se forman rosas, estrellas, helechos sobre un fondo enrejado hecho con trenzados con virgulitas y cruzados a veces muy complejos que forman vilanos o milanos.

 

Cuando se utiliza como fondo el punto de gasilla (medio punto, punto de espíritu) se superponen las hojitas de guipur, creando piezas en relieve. Pero también las hay que están hechas solamente con hojas de guipur, sin ningún tipo de fondo.