“Reducir la movilidad en el rango horario más amplio posible y afectar lo menos posible la economía”, es lo que busca el Municipio

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Este mediodía, el intendente José Luis Salomón habló en conferencia de prensa sobre el retroceso de Saladillo a fase 3, y las medidas adoptadas es pos de “restringir la movilidad urbana” y “afectar lo menos posible la actividad económica”. Dentro de la opciones, Salomón admitió que lo ideal basándose en la situación epidemiológica hubiese sido cerrar todo 15 días, pero se consensuó “la mejor –opción-, la más accesible y la que más podemos hacer cumplir”. “Es el momento de tomar medidas antipáticas, a nadie le gusta cerrar un pueblo 12 horas y menos a mí. Pero había que tomarlas”, admitió el intendente.

En principio, Salomón expresó que el retroceso a fase 3 se produjo en “función de los resultados epidemiológicos que se están dando desde hace 15 días, pero que se están dando también en el último mes. Advertimos que durante todo el mes de septiembre no hubo una merma, sino un crecimiento importante y alto en los contagios en nuestra localidad. Tomamos decisiones y si no lo hubiésemos hecho, habría sido peor de lo que hoy estamos viviendo”.

El sentido es tomar una decisión que nos permita reducir la movilidad en el rango horario más amplio posible, y afectar lo menos posible la actividad económica y comercial. Siempre trabajamos en ese sentido: algunas veces nos dio resultados positivos, otras veces no tanto. Pero la intención siempre estuvo en que las fases que reglamente la provincia de Buenos Aires no afecten tanto la actividad laboral, comercial e industrial de nuestro pueblo”, continuó Salomón.

Luego, el intendente aseguró que “el contagio no es un problema en sí mismo, sino que representa un problema colateral que es la muerte de muchos vecinos nuestros, que de alguna manera no lo pueden superar por la edad o cuestiones de salud preexistentes. La situación más deseada por todos es que quien se contagie se pueda recuperar en el menor tiempo posible y no tenga ninguna consecuencia”.

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Al ser consultado sobre la reducción de horarios, si se tuvo en cuenta si se generaba o no mayor concentraron de gente, Salomón respondió: “Lo hemos analizado, lo hemos evaluado. No hay una situación ideal y había que tomar una decisión. La verdad que sí, puede generar, pero hay algunas decisiones que tomar. Pusimos un punto de equilibrio con la situación ideal, que es cerrar todo 15 días, pero ¿cómo hacemos para cerrar y que nadie lo cumpla? La decisión es una decisión intermedia. No estamos una situación ideal para nadie, pero hay que organizarse para atravesar esta etapa que nos toca vivir”.

“Lo ideal sería que nos quedemos todos en nuestras casas por 15 días, pero ¿quién lo puede hacer? Los que cobramos un sueldo… Y hay mucha gente que no. Entonces: dejamos trabajar, pero con mucha responsabilidad y control. En el momento que está todo cerrado, la responsabilidad es del Estado; desde el momento que empezamos a abrir y permitir, trasladamos responsabilidades al ciudadano común. Algunos ciudadanos comunes no lo han entendido todavía, otros lo entendieron desde el primer día y hace 7 meses que no ven a sus padres. Por ellos tomamos estas medidas; por los abuelos que se están muriendo tomamos estas medidas, tratando de evitar que algunos más sufran las consecuencias de alguien que no cumplió, que se creyó vivo. Hoy ya es innecesario decir que esto no es un invento, una fantasía. Hoy es una realidad, y no porque lo decimos nosotros, o porque las estadísticas den mal: sino porque uno empieza a advertir que el vecino tuvo, el amigo tuvo…”, cerró Salomón.