#abcsaladillo habló con el alvearense que logró su sueño de recorrer la Argentina a caballo. Marcos Villamil regresa a su pago luego de 14 meses.
Marcos Villamil visitó Saladillo luego de haber recorrido casi 9.000 kilómetros de territorio argentino a caballo. El joven alvearense de 28 años, radicado en Capital Federal, tenía un sueño, recorrer la República Argentina de punta a punta a caballo y luego de 14 meses lo consiguió.
El ingeniero agrónomo dejó su puesto de bancario y una promesa de ascenso, para cumplir ese sueño que llevaba proyectando hacía ya 6 años.
En septiembre del 2020 inició su recorrido con sus “hijos”, Wayra una yegua criolla de 5 años, Mora yegua mestiza de 11 años y Tordo, un percherón hijo de Mora.
“El viaje a groso modo ya lo tenía organizado en el sentido que es un viaje de estación. A cada lugar tenés que llegar en la estación correspondiente, no podes llegar a Ushuaia en invierno, a La Quiaca o Chaco en verano, y la ruta tiene que seguir el pasto y el agua.
“Salí en septiembre y tenía que hacer en primavera-verano, centro y sur del país, otoño-invierno subir estar en el norte”. Entre sus anécdotas de viaje recuerda su llegada a La Quiaca “Llegué el 17 de julio. No me podía bajar del caballo, tenía los pies entumecidos y el sol no terminaba de salir”.
Este aventurero se lleva recuerdos, fotos mentales que guardará por siempre, aromas y sonidos de la naturaleza. Pero además destaca la calidez humana con la que fue recibido en cada uno de los hogares argentinos. “Yo no sabía dónde me iba a quedar. Algunas veces dormí al sereno, al lado de un río o en la cordillera, pero la mayoría de las veces fui recibido en hogares, donde todas las familias me abrieron las tranqueras y me trataron bien. La calidad de la “gauchada” argentina, la buena gente… eso es nuestro país.”
ya a pocos kilómetros de la localidad de General Alvear, donde dejará a sus caballos para volver a Capital Federal, Marcos asegura “después de este viaje más que confirmado que soy una persona muy disciplinada, ordenada, en gran parte eso me permitió lograr el sueño y que mis caballos llegarán en el buen estado que llegaron. Todos pueden ensillar y arrancar, pero hay que ver cómo está el caballo. Yo tengo el orgullo y la alegría de decir que mis caballos llegaron bien después de 9.000 kilómetros”.
